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Cesión por parte de Juan de Tapia, tesorero del Condestable de Castilla, de unas casas en la calle Cantarranas de Burgos, que había comprado a Pablo de Burgos, a Gonzalo de Cartagena, escribano mayor de dicha ciudad, ante el escribano Pedro de Riaño.

Imposición de un censo perpetuo por Gonzalo Pérez de Cartagena y su esposa Isabel de Bonifaz, vecinos de Burgos, en testimonio del escribano Pedro de Riaño, contra Juan García de Sotragero, vecino del lugar de su apellido, sobre las tierras que Alfonso de Barahona vendió a los censualistas y por el canon anual de 16 fanegas de cereal, dos gallinas y un par de capones.

Licencia de las religiosas del Monasterio de Santa Clara de Burgos concedida a Juan de Medina, en nombre de Pablo de Burgos, para la venta de unas casas a Juan de Tapia en la calle Cantarranas de dicha ciudad, dada ante el escribano Pedro de Riaño.

Partición entre Guiomar, María y Catalina López, hijas de Fernán López de Burgos, en testimonio del escribano Pedro de Riaño, de los bienes relictos dejados por el padre en el lugar de Sotragero y pertenecientes a la herencia de las tres, esposa la primera del comendador Suero Barahona, mujer la segunda de Diego Carrillo y monja profesa la tercera en el convento de San Ildefonso de Burgos.

Venta de Alfonso Barahona, hijo del comendador Suero Barahona y de Guiomar López, en nombre de esta, al capitán Gonzalo Pérez de Cartagena y a Isabel de Bonifaz, marido y mujer y vecinos de Burgos, de todas las heredades que aquella posee en el lugar de Sotragero, en precio de dieciséis mil maravedís y en testimonio del escribano Pedro de Riaño.
Contiene: Poder de Guiomar López a su hijo Alfonso Barahona, otorgado en Villaverde del Monte a 22 de junio de 1479, para que pueda vender el patrimonio inmobiliario radicado en Sotragero y en Villayerno.

Venta de un solar junto a la iglesia de Gamonal y de seis tierras de pan llevar en el mismo lugar, otorgada por Juan de Ortega, vecino de allí, a Gonzalo Pérez de Cartagena, vecino de Burgos, en precio de cinco mil trescientos maravedís, y constitución de un censo perpetuo del comprador al vendedor con el mismo caudal inmobiliario, en testimonio todo del escribano Pedro de Riaño.